Muy cerca de la majada de Espineres, entre los árboles, nos encontramos con un pequeño rebaño de gamos, aproximadamente unos 15 ejemplares adultos.
De entre todos nos llamo la atención un joven gamo al que le faltaba una pata trasera, pero aún así no se perdía del grupo, corriendo con bastante normalidad.
Su mermada capacidad física le hacia aún mas cauto.
Su mermada capacidad física le hacia aún mas cauto.
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